Escrito por Juan Pablo Bello
He estado siguiendo musescore desde sus primeros pasos de accesibilidad, por ahí masomenos desde el 2014, cuando estaba la beta de la versión 2.0 y esto no hubiera sido posible, sino se hubieran dado 2 variables a la vez:
La primera es que qt (cuyas letras son un juego de palabras, cute, que es tierno en Inglés), un motor o plataforma de diseño de la interphase gráfica de software,o en otras palabras, algo así como una caja de herramientas con lementos pre-fabricados como botones, menús ETC empezó a tomarse la accesibilidad más seriamente e hizo que esos elementos pudieran comunicarse a los lectores de pantalla (gracias chatgpt por la analogía para explicar qt).
Y la segunda es que en ese año también, el google summer of code (que es como una pasantía que patrocina trabajo de estudiantes o principiantes para mejorar o contribuir a proyectos) tuvo en mente a musescore y su meta específica fue por lo menos iniciar en la accesibilidad del proyecto. El que inició e impulsó todo este trabajo fue Andrei Tuicu
Entonces recuerdo bien que en ese entonces se posteó un ejemplo rudimentario que aún existe en youtube que podía agregar algunas notas a una partitura. Y poco a poco fue creciendo la accesibilidad de musescore. Incluso como comenté anteriormente en el artículo que examina las diversas opciones para traducir de music xml a braille, me sorprendió que musescore tuviera salida braille también. Sin embargo es muy poco lo que se puede configurar y el braille, aunque funcional y con una muy buen precisión en su representación, sigue estando lejos de ser ideal por esa limitante de la configuración porque se pierde mucho espacio al imprimirse en papel y sobretodo en cuestiones de formato o de organización hace la información confusa.
A comienzos de Marzo de 2025 empecé a trabajar en una partitura sencilla en musescore, que fue una melodía y un cifrado de acordes. La entrada de notas confunde un poco, sobretodo si se viene desde lilypond porque los ritmos no están representados con un sistema lógico de valores. Por ejemplo, el número 1, que representaría un compás completo de 4 pulsos por compás, o un entero, vendría siendo la redonda, mientras que en musescore se asigna a una semifusa. La corchea sería el número 4, la negra el número 5, y la blanca el número 6. La lógica que usa musescore es que los valores más comunes están en toda la mitad de un teclado numérico, entonces corcheas, negras y blancas (específicamente en ese orden) estarían perfectamente bien en esos números. Sin embargo, básicamente todos los programas incluso los que editan midi tales como reaper, siguen un sistema un poco más lógico en el que se toma el 1 como la figura más grande y esa se divide en 2 (para que sea la blanca) o 4 (para ser la negra) y así. Curiosamente, los silencios se introducen con el número cero. Supongo que como todo, una vez que uno ya haya usado el programa por algunas semanas frecuentemente ya tiene esto casi que en subconciente. El lector de igual forma verbaliza básicamente todo cuando se va a introducir alguna nota. Esto a veces distrae y podría ser útil silenciar tanta verbosidad en algún lado. Las alturas son igual de intuitivas que en lilypond. Para bemoles se usa el guion o signo menos, para sostenidos el signo más, o para cancelar sostenido o bemol se usa el signo igual. Se puede cambiar también la octava de la nota en caso de requerirse saltos más grandes, y también escribir acordes o notas que suenan a la vez puede hacerse de varias maneras, bastante intuitivas y fáciles. Utilizar varias voces o capas en el pentagrama también es posible, aunque algo más tedioso por como se presenta la información.
La entrada de símbolos de acordes presenta sus problemas. Sobretodo en como se verbalizan y consistencia. Al abrir el diálogo o el cuadro de edición de entrada, no se verbaliza nada, pero por lo menos se reproduce el sonido que corresponde al acorde que se acaba de ingresar. Sin embargo, se pierde el foco del cursor y hay que volver a de-seleccionar todo para que el lector de pantalla vuelva a decir los elementos. Tristemente lo mismo es verdad si uno ingresa un acorde incorrectamente y quiere volver para editarlo.
La navegación por la partituraes, desafortunadamente, de los aspectos menos precisos y más tediosos que aún no se ha resuelto en su totalidad. Esto dificulta mucho trabajar eficiente y rápidamente. Hay algunos comandos de navegación, incluso se pueden configurar, pero la granularidad básicamente siguen siendo 3 cosas: 1. Moverse compás por compás, 2. Moverse notes o silencios, 3. Moverse por cada uno de los elementos de la partitura a medida que se encuentren, como dinámicas, adornos, ligaduras, ETC.
También hay algunos otros comandos para ir al comienzo y final de la partitura o archivo, y para desplazar por páginas.
Hay otro comando que permite saltar a un compás específico, a alguna marca de ensayo, página. De este solo pude utilizarlo con éxito cuando usé una marca de ensayo alfabética que había puesto. Escribir números seguro cambiaría algo en el aspecto visual o haría que el cursor resaltara algo, pero en términos de lector de pantalla nada cambiaba.
También hay cosas que la navegación detallada e elemento por elemento no reporta, como los cambios de clave dentro del pentagrama o incluso de dirección de plica. A veces también sucede que el navegador de elementos se silencia por completo, y tenía que cerrar y volver a abrir el programa para que se restableciera y funcionara con normalidad.
El talón de Aquiles y el punto más débil realmente fue la selección de elementos. Quise copiar y pegar los símbolos de acorde de un compás a otro, para ahorrar tiempo y trabajo y terminé perdiendo ambos. Resulta que la selección por teclado selecciona de una nota a un silencio si lo hay, o de compás por compás. Sin embargo, el lector empieza a tener problemas de ralentización al reportar elementos, y no hay algún comando que reporte lo que se ha seleccionado. Hay un filtro para excluir lo que se selecciona, pero aún así no tuve éxito alguno en usarlo. También traté de utilizar el comando para seleccionar de una sección a otra, sin éxito. Esta es la limitante más frustrante del programa.
Así que en resumen, y en definitiva:
Siento que musescore es muy bueno dando respuesta al introducir notas, reproducir la partitura, incluso la selección y el uso de las paletas para poner varios elementos en la partitura funciona de maravilla. Me complace que la gran mayoría de controles leen bien y reportan su contenido.
Sin embargo, editar, seleccionar o copiar/pegar elementos específicos es toda una pesadilla, y También más aún cuando todavía no se reportan elementos en su totalidad o no se confirma alguna acción en específico. En el caso de copiar y pegar por ejemplo, supe que se pegaron notas y no símbolos de acorde cuando fui a los compases siguientes, y puse a reproducir la partitura y no sonó lo que esperaba. La verbosidad excesiva para algunos aspectos también dificulta y fatiga la concentración, y lo ineficiente de la manipulación de varios elementos a la vez frena mucho el flujo de trabajo.
También no hay mucha exactitud en cuanto a lo que se ve si no se reporta por el lector, lo que hace que hayan muchas dudas de si algo está bien hecho. Por ejemplo, al utilizar corchetes para indicar la octavación de alguna sección la única señal dada es por el cambio de sonido en las notas, lo cual si bien es una retroalimentación útil es apenas una coincidencia, o mejor llamado un accidente feliz.
Obviamente no es tan justo comparar o superponer las bondades de un flujo de trabajo como el de la programación versus el de un programa de edición gráfica, porque son mundos totalmente diferentes y la programación también tiene sus desventajas, pero aún así son menos graves que la inconsistencia del lector al no reportar elementos.
Habiendo dicho todo esto, musescore sigue siendo el programa con interfaz gráfica más accesible e intuitivo para personas ciegas. Tengo la esperanza de que todos estos aspectos, menores pero cruciales mejoren con el tiempo y nuevas versiones.